jueves, 22 de abril de 2010

tapa La voz del pueblo 22/04/10

la cosecha inolvidable - LA CHOCLEADA


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22/04/2010|La Chocleada
La cosecha inolvidable
La movida solidaria realizada en el campo de Daniel Rybner fue un éxito: alrededor de 200 chicos cosecharon a mano 25.000 kilos de choclos, gran parte de los cuales fueron enviados a un Banco de Alimentos en Neuquén. La trilla económica también superó las expectativas: hasta ayer se habían recibido donaciones por 38.000 pesos, que serán repartidos en tres ONG locales. La crónica de una jornada emocionante


Hijos y conocidos de los organizadores, éstos fueron los cosecheros más chicos que participaron de La Chocleada. El resto era alumnos de tercer año Polimodal de la EATA y el Jesús Adolescente y de la Escuela 502


Manos anónimas que tantean las plantas de maíz y sacan los choclos que entre hoy y mañana comerán bocas anónimas en Neuquén. Brazos anónimos que cargan las bolsas con unos 30 kilos de choclos al camión que partió en la tarde de ayer al sur. Voces anónimas que hablan, organizan, piden más ayuda y donaciones, para las ONG tresarroyenses que fueron elegidas para ser beneficiadas con la recolección del cultivo solidario. Ayudantes anónimos que decidieron sumarse a la movida sin esperar nada a cambio y colaboraron para que La Chocleada sea lo que fue: una cosecha inolvidable.
Los chicos formaron grupos para recolectar los choclos 

Para estar en consonancia con lo sucedido ayer en el campo ubicado en el kilómetro 511 de la ruta 3, esta crónica no debería tener nombres propios, para no caer en omisiones injustas. Hay que hablar de una masa solidaria que consiguió recolectar 25.000 kilos de choclos, de los cuales 23.300 kilos viajaron a tierras neuquinas donde el Banco de Alimentos lo distribuirá en los comedores más necesitados. Los 1700 kilos restantes quedaron en Tres Arroyos y fueron repartidos ayer entre la Secretaría de Salud y Desarrollo Humano de la Municipalidad, el comedor Los Peques del barrio Los Ranchos y otras instituciones.
La cosecha económica superó las expectativas: hasta ayer se habían recibido donaciones por 38.000 pesos, gracias a la compra simbólica de los choclos que hicieron personas y empresas locales y también de la zona. Y se espera engordar la trilla porque hasta fin de mes los interesados en colaborar podrán hacerlo. El dinero recaudado será repartido entre Construyendo, Equinoterapia Tres Arroyos y la Asociación Amigos del Menor y la Familia. Las tres ONG que fueron elegidas como beneficiarias por los mismos alumnos que ayer cosecharon los choclos, pertenecientes ellos a la Escuela Agropecuaria, al Colegio Jesús Adolescente y a la Escuela Especial 502.


El día Ch
Los 200 chicos, los dueños de las manos anónimas, se juntaron a las 8 en la Municipalidad y empezaron a desandar un día que será recordado por mucho tiempo. En Huinca Hue, el campo de Daniel Rybner, hacía frío, mucho frío. Pero como una señal o una invitación, a la hectárea y media del maíz solidario le pegaba de lleno el sol. Poco antes de las 10, los cosecheros empezaron la tarea. Mezclados entre ellos, sacando fotos y ayudando estaba un orgulloso Sebastián Deym, "el padre de la criatura".
Mientras los alumnos, con la ayuda de otros colaboradores, recolectaban los choclos, un grupo de personas se encargaba de coser las bolsas y cargarlas al camión. Y otro puñado de voluntarios se ocupaba de ir preparando la hamburgueseada con la que se cerraría la jornada.
El ambiente era de fiesta, pero de fiesta genuina. A la gran mayoría de los chicos se los veía disfrutar de la cosecha, que no haya habido ningún problema disciplinario es todo un síntoma. "Yo, a los 17 años, lo primero que hubiera armado era una guerra de choclos", se sinceró Daniel Rybner.
"Fue algo emocionante", sintetizó Francisco, alumno del Jesús Adolescente. "Estamos dando una mano y además, no fuimos a clase. Más no se puede pedir", comentó Juan, de la EATA. "Está bueno involucrarse y participar en serio, desde adentro", decía choclo en mano Andrés Paurici, de la Fundación Cargill que vino desde la capital.
Los choclos solidarios se cosecharon en poco más de dos horas

Satisfacción
"¿El balance? A nivel humano sobran las palabras. Fue precioso, una movida divina", dijo Camila Bruel, una de las 30 personas que participó activamente de todo el circo que significa organizar una chocleada. "A los 38.000 pesos recaudados hasta hoy (por ayer) tenés que agregarle todo lo que hay en especies, porque se han hecho donaciones de chapas, pintura, un calefón, entre otros objetos. Y toda la logística para poder realizar la cosecha: combustible, el camión, la cinta transportadora, los guantes que usaron los chicos, las bolsas... A todo eso le vamos a asignar un valor e informaremos públicamente de todo lo donado", agregó. Y si de donaciones se trata, las hamburguesas que sobraron del almuerzo fueron llevadas al Hogar para Ancianos.
"Es una hermosa terapia, porque se juntan un montón de emociones... Se van maquinando cosas, ya estuve hablando con Sebastián Deym para ayudar a mi escuelita primaria del paraje El Laurel, en Santa Fe. Vamos a ver si podemos hacer una chocleada o encontrar otra manera de ayudar", confesó con emoción Fredi Dodorico. Y parte de su alegría tenía que ver también con que "cuando llegué al campo me encontré con gente que conozco, que me hace trabajo de pulverización, otro de cosecha, que sin que yo les hubiera dicho nada vinieron a ayudar. Esas cosas te inflan, es maravilloso", redondeó.
"Fue una fiesta. Nosotros lo vivimos así, y los chicos también. Mandamos un montón de frutos a Neuquén, pero también nos quedó alimento a nosotros porque esto fue una lección: la de ser consciente de que cada uno, desde su lugar, tiene mucho para dar y para hacer. El día que tomemos consciencia de lo mucho que uno puede hacer desde su lugar, le va a ir mejor al otro, y cuando le va mejor al otro, claramente, le va mejor a uno", resumió Alejandro Blacker, el que escuchó contar su experiencia a Deym en un congreso CREA y tiró la idea de hacer la Chocleada en Tres Arroyos.
"Esto no tiene que ver con el campo, con la política, con el Gobierno, con CREA, ni con nada. Acá hubo un grupo de personas que se juntó para hacer algo por otros", analizó Rybner. "A las donaciones económicas hay que sumarle lo entregado en tiempo y en generosidad por parte de todos los que colaboraron", completó.


2011
En el mediano plazo queda la tarea de fiscalizar que el dinero donado a las ONG sea empleado en lo que las entidades se comprometieron a utilizarlo. Y ese trabajo de control lo realizarán los mismos chicos. Mientras que ya está puesto el objetivo para el largo plazo: La Chocleada 2011, que no es exagerado decir que ya empezó. "Una colegio ya nos convocó a una reunión y nos manifestó que quiere participar el año que viene", contó Blacker con satisfacción.
La recolección finalizó a las 12.15 y un par de horas después se fue el camión con los choclos. En el campo quedó un voluminoso rastrojo, pero sobre todo, mucha energía positiva. Fue una mañana atípica en Huinca Hue, fue emocionante. Fue una cosecha inolvidable.



Sebastián Deym: "Ayudar es gratificante"


El creador de las chocleadas destaca que con este tipo de acciones se le enseña a los chicos el concepto de ser solidarios



Sebastián Deym no dudó en recorrer los 1000 kilómetros que separan su Alejandro Roca, pueblo del sur cordobés que tiene 5500 habitantes, de Tres Arroyos y ser testigo de la primera Chocleada del sur bonaerense. "Ya llevamos 35 hectáreas cosechadas desde que empezamos hace cinco años. Y en lo que va de 2010 hemos generado 1.500.000 raciones de comida", cuenta orgulloso.
"Esto es una caricia para el alma. En realidad todo esto es bueno para un montón de gente, pero también para nosotros, porque te cambia el espíritu y te dan muchas ganas de movilizarte en tu entorno. El concepto de estar cuidando solamente tu baldosa no es bueno, ni para vos, ni para tu familia, ni para tu empresa. Ya hay una red bastante grande de gente que está entendiendo que ayudar es muy gratificante", afirma.
Y agrega: "A los chicos le queremos mostrar que lo único que se construye de arriba hacia abajo es un pozo. Un país se hace de abajo hacia arriba. Con las chocleadas queremos demostrar que trabajando en equipo y en red se puede tener un impacto enorme para un montón de gente que no conocemos en Neuquén y otro en la comunidad de Tres Arroyos. Y les estamos enseñando a los futuros líderes el concepto de ser solidarios".
Por último, Sebastián explica a dónde van los choclos cosechados: "Lo producido va para el Banco de Alimentos, en este caso a la sede de Nequén. Se trata de una ONG que distribuye donaciones de comida. La idea es pasar todo el alimento por ahí porque nos brindan trazabilidad al producto, evitamos a la gente que no queremos que esté, como punteros políticos o personas que puedan aprovecharse de la situación. Y aparte porque tienen la logística como para desparramar un camión con 80.000 kilos de choclos, que deben distribuirlo en 48 horas porque es perecedero".









Sebastián Deym, en plena cosecha









Una vista desde lo alto de los jóvenes recolectores
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